miércoles, octubre 03, 2007

En mitad del camino

Así pues, el verano transcurrió a toda velocidad y pasó hasta por 4 países. Austria, Chequia, Eslovaquia y Hungría fueron testigos de las diferentes formas de ver la vida que teníamos tanto yo como las personas que me iba encontrando por el camino.

De todo lo visto me quedo con Viena, una ciudad majestuosa, y a la que algún día me gustaría pertenecer (sí, es otra más en esa enorme lista de "ciudades en las que viviría"). Dije lo mismo en Bratislava, hasta que me di cuenta de que sólo su casco histórico (majestuoso) merece la pena en ella, salvo unos pocos detalles más.

A Praga le debo una segunda visita, porque 2 días deprisa y corriendo no son suficientes para sumergirse en ella. Así pues, nos volveremos a ver...

Y de Budapest destacan (¡cómo no!) los balnearios. Es el mejor remedio para cualquier tipo de cansancio físico o psíquico que haya visto jamás. Al menos, hasta ahora.

La semana que viene, Atenas nos espera. Un par de semanas después, quizá Amsterdam. Y antes de fin de año, ¿por qué no Polonia?

De momento, me encanta Madrid, ¡pero parece que no quiero tener tiempo para conocerla a fondo...!

No hay comentarios: