"Hace años, la mujer que sustituyo a mi jefa en mi primera redacción me rechazó un texto porque incluía la palabra "catastrófico". Según esta inquietante señora, "dos meses después del ataque a las torres gemelas hay términos que no se deben usar, mas que nada por respeto a las victimas". Noqueada por la sorpresa, le devolví el mismo articulo, cambiando "catastrófico" por "desastroso" y me lo aceptó con una aprobación dudosa, como dando gracias a dios que su vista de pájaro había evitado que mi artículo sobre la conveniencia de las artes marciales entre los cuatro y los siete años hubiese arrojado sal sobre las heridas de las víctimas y provocado un conflicto internacional de consecuencias impredecibles.
Y pensé: lo peor de la corrección política no es que desvíe convenientemente la atención de la masa sobre asuntos más relevantes; es que es la fuerza moral del imbécil. Y que es contagiosa, coño."
viernes, abril 21, 2006
La fuerza moral del imbécil
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